En ese momento la mirada vacía se eleva al cielo en busca de ayuda. Una oración o súplica nunca serán rechazados por Dios.
El Libro de los Salmos Capítulo 127: 3-5 5 dice:
"Los hijos son una herencia del Señor, el fruto del vientre es una recompensa.Como flechas en las manos de un guerrero son los hijos de la juventud. Bienaventurados los que llenó su aljaba con esta clase de flechas.
No se avergüence de sus enemigos cuando litigar ante los tribunales. "
El salmista nos dice aquí que en primer lugar, los niños son una herencia de Dios, en segundo lugar, son una recompensa y el tercero son como flechas en manos de los valientes. Por estas razones podemos llegar como padres o abuelos delante del trono de Dios para interceder por ellos con confianza.